lunes, 29 de julio de 2013

¡Un tomate! ¡Un tomate! ¡un tomateeee!

Fin de semana y reunión de la tribu en la huerta. 
¡Un tomate! ¡ha madurado un tomate! Parecía que nunca ocurriría, pero uno de los tomates de las matas del invernadero ha ido poniéndose rojo, casi sin avisar.
Como se nota que somos novatos y que además necesitamos algún éxito después de poner más voluntad que acierto. El tomate era pequeño, pero rojo y duro, como los buenos. Yo lo llevé a casa como oro en paño y se lo enseñé a todo quisque. Digo que era pequeño porque ya no tiene tamaño ni forma. 
Después de la barbacoa del sábado, reparé el domingo por la mañana en que el tomate se nos había olvidado el consumirlo y además no aparecía.
La Abuela Mari, que no figuraba en la tribu, pero aprovecho este acto para darla de alta, lo buscó casi con ansiedad, pero la baya no aparecía.
Tras unas hábiles pesquisas, Alicia confesó que la tarde del sábado, el tomate pereció despachurrado en unas rebanadas de pan, que se tapiñaron con jamón, las amantes de la dieta, a la chita callando.
La mi huerta nos dio más alegrías: las berenjenas empiezan a dar frutos (vimos tres), hemos recogido un puñado de judías verdes, los pimientos están llenos de botones y los calabacines amenazan con mandarnos a Sahagún a poner un puesto en el mercadillo.
La tribu se lanzó como una bandada de grajillas sobre las matas de guisantes a escogollar vainas.
El que la preparó parda fue Tomás, el encargado de mantenimiento, y a la sazón terrateniente. Vio entre las matas de pimientos un fruto y yo le dije que lo dejara que era un pimiento italiano y aun era pequeño, Él hizo caso omiso y anunció que se llevaba el pimiento a casa para alimentar a su cobaya. No pudo resistir las ganas de dar un mordisco a la pieza, que resultó ser una brava guindilla, y aunque trató de disimular, los colores de la cara y las lágrimas le delataron. Menos mal que lo solucionó con un trago a morro de la botella de orujo de café "El afilador".
Dios castiga sin dar voces. 

martes, 23 de julio de 2013

Resistir

En plenas fiestas del pueblo, me presentaron en persona a uno de mis amigos de las redes sociales. Charlábamos mientras mirábamos las evoluciones de los artistas del templete. ¿Qué fue de "La tu huerta"? te seguía y has dejado de publicar.
No estoy yo muy publicador últimamente, pero además el huerto no anima demasiado, tuvo unos malos principios. Se aró tarde, fastidiaron los fríos de la primavera, se conjuraron los granizos en aquelarre y además ciertas novatadas, han hecho que La mi Huerta no sea un vergel precisamente.
Pero nada, inasequible al desaliento, mientras los demás dormían la resaca del domingo del Carmen, me tiré de la cama y fui a ver los cultivos.
Por el camino me encontré con trasnochadores de las diez de la mañana, restos de la fiesta botellón, basura de plástico y cristales y a un par de muchachas entregadas a las caricias torponas de un par de galanes.
En la huerta había rocío y el aspecto no era muy alentador, pero han crecido los tomates y los pimientos, fanfarronean los calabacines, se estiran las giganteas y un surco de lombardas promete portarse bien.
Lo malo es que la reguera que nos regaba, ahora nos inunda. Como han cerrado las cancillas para que suba el nivel y poder regar, el agua se filtra por el talud que la sujeta y guía y nos inunda a diario las cebollas, que se ahogan, los puerros que no medran, las fresas que ya trasplanté y el invernadero que se embarra
A las patatas se las están comiendo los escarabajos, me voy a dejar de ecologismos y les voy a recetar una mochila de insecticida, que se ponen ciegos sin pagar.
En fin, medio bien, medio mal va la huerta, pero le echaremos afición y resistiremos, que no somos fáciles de vencer.    

sábado, 29 de junio de 2013

Trabajo y poco a poco


Duro trabajo de escarda por parte de Alicia y Yoyi.
A ver si sacamos adelante las cebollas, muy perjudicadas por los fríos de esta impostura de  primavera y por la sombra que sufren hasta el medio día.
Otra temporada habrá que destinar ese espacio a coles y coliflores, mas amigas de temperaturas frescas.
Mientras las dos "jefas" dan el callo, observe el lector el descanso de Héctor, malherido por las ampollas en las manos. Y el hoyo del cerezo sin terminar.






 Una huerta puede llegar a ser el más hermoso de los jardines. Necesita del trabajo amoroso, las caricias del sol y una acequia que beberse, después la naturaleza hace el resto, los pájaros ponen la banda sonora, sus frutos alegran la mesa y los mosquitos "pican que alampan"
Eso si: TIENE QUE GUSTARTE.




Esto no es una empalizada defensiva. Tampoco son las talanqueras para el encierro.
Es como quedan las tomateras al haber usado rastreles defectuosos de "En Ca Benino". La cosa es reciclar y aprovechar lo que se encuentre.
El resultado es contundente, pero las tomateras tienen unos tutores excelentes que resistirían un huracán.


Por cierto, los tomates se han puesto fuertotes, lo que hace el calorcito,
Los del invernadero están guapetones y ya muestran los primeros frutos, pequeñines, eso si.


Y yo más contento que un perro con dos rabos, no sé si comeremos mucho de la huerta, pero estoy disfrutando y aprendiendo, como nunca.

martes, 25 de junio de 2013

La primera lechuga (Soneto)

No es hambre, ni apetito, ni la gula
ni falta que saciar de vitaminas
no estamos de ayunar, ni de aspirinas,
ni andorga por llenar de alguna duda.
Es ansia por catar el primer fruto
sin pena por segar la verde vida
no esperar ni a San Juan, ni a San Canuto,
no arriesgar que la bella sea crecida.
Ya es tiempo de curar en buena mesa
las ganas de empezar con la manduca
que tanto trabajar por nada arruga
y muere la afición, la azada pesa
empecemos, al fin, la fiesta esa
¡zampémonos la primera lechuga!

sábado, 15 de junio de 2013

El calor todo lo cría






Henar de San Bartolo "pencando"
Si está claro: el calor todo lo cría.
Luci, la responsable de I+D observa
 la evolución del cultivo
Ha sido tomar el sol sus responsabilidades de junio y parece que por la huerta ha pasado el Hada Madrina de los hortelanos novatos.
Lechuguinas que prometen
Las patatas ya son patatas, los tomates han enraizado fuertes, los judiones de La Granja crecen fanfarrones, y eso que la semana pasada no habían nacido. La próxima semana pensamos comer lechugas y hasta la devota de San Bartolo ha venido a mancharse las manos de tierra.
Nito y las patatas
Esta mañana, cuando iba a la huerta a echar un vistazo, después de una semana fuera del pueblo, me encontré con Tino (Florentino) un vecino de calle y de huerto y me dijo que este año no esperásemos demasiado de la huerta, porque tantos años holgada, necesita que las heladas cuezan la tierra un invierno.
También me advirtió: ya verás por la tarde, están los mosquitos envenenaos.
No sé si tendrá razón en lo de las heladas cocedoras, pero los mosquitos no sé de que zoo han salido, porque son enormes y agresivos a más no poder. A pesar del Aután, esta tarde nos han puesto finos.

lunes, 10 de junio de 2013

Manual de riego

Una huerta hay que regarla.
El encargado de mantenimiento limpia la reguera
El encargado de mantenimiento limpia la reguera
Sobre todo en estos lares, en los que a pesar de las lluvias, el viento seco que azota estas llanuras hace que la tierra se reseque en pocos días.
Lo primero es limpiar la reguera.
Hace ya unos años que no hay huertas en este pago del pueblo, porque ahora la agricultura es menos artesanal y se dedica a otros cultivos.
Alrededor sólo hay ya tierras de cereal y otras holgadas, pero antes este era territorio de huertas y una reguera acercaba el agua.
La vieja acequia, que además suministraba de energía hidráulica al molino, ahora está casi ciega de vegetación y abandono.
Río Cea arriba, los antiguos hicieron una pequeña presa al la que se llama "El Puerto" y que sube el nivel del agua del río para que se llene una acequia que enriquece la vega.


El motoruco Piva
                                                                                                         





Antes se cerraba una compuerta y el agua salía por un pequeño canal auxiliar, pero ahora la obra de recuperar dicho canal, para hacerlo operativo, se nos antoja excesiva, así que tenemos un motoruco Piva que va a ayudarnos a sacar el agua de la acequia.
Imprescindible filtrar el agua para que
 no se "atore" la cebolla chupona.
Gasolina, manguera, un tirón violento de la cuerda de arrancar y a correr el agua por los surcos.













 Velay el resultado: el agua corriendo por los surcos, para regar lo que hasta la fecha parecen ser una birria de patatas.


lunes, 3 de junio de 2013

Y los fréjoles no nacen

Y los fréjoles no nacen. Están acobardaditos del frío, los pobres.
Estamos cada vez más cerca del cuarenta de mayo y vamos a tener que comprar un sayo que tape toda la huerta.
Tenemos a la población resistiendo, en pié, pero se les hace dura la vida.
Lo único que medra son las lechugas y los tomates del invernadero.
También es mala suerte que no se nos arreglen ni los éxitos de los novatos, entre frío y nubes con escandalera y granizada.


    RUFUS CASTIGADO (soneto)

Este Rufus vencido y cabizbajo
sujeto al eslabón de la cadena
ha puesto los ojitos de dar pena
y quiere parecer un perro majo.
Además soporta de su dueña
la charla educativa que pretende
que se entere por hoy toda la peña
que ella se ha echado un perro que la entiende.
No hay siquiera señales que limiten
el terreno de juego y el de fuga
así que piensa el perro que no existen
los límites, por tanto no se arruga.
Qué culpa tendrá él, que se despisten
y él pise sin querer una lechuga.

domingo, 26 de mayo de 2013

Observe el espectador el fino estilo, la depurada técnica, el saber hacer.
 La tierra fue horadada por las rejas y abrió sus carnes para recibir la simiente. Todo ello con el saber del maestro y la ayuda de la mecanización.
Lástima que fuera prestado el chisme, para la próxima, si sobrevivimos, hay que comprar un telar de estos.
No sé si sacaremos algo, pero al menos ahorramos en dolor de riñones.





Plantitas, una a una.
En cada una un proyecto, una ilusión.
Planta a planta, al fin tenemos la huerta poblada, después del mal tiempo y la mala leche de una granizada, por lo menos tenemos algo que regar.
Del tirón hemos plantado las lechugas, tomates, el montón de cebollas, judías, melones, zanahorias etc, etc, etc.
Velay el resultado de sacar las fotos con una ful de móvil.



miércoles, 22 de mayo de 2013

Plegaria al puchero

Tú que apareciste tras la reja del arado después de años escondido entre las hierbas .
Tú que por los siglos conociste las horas del papeo de las gentes.
Tú que en tu vientre guardaste los caldos que calentaron las barrigas.
Tú que , apoyado en las trébedes desafiaste al fuego y a las brasas.
Tú que viste revolverse de alegría en tu interior a los garbanzos y otras gentes de mesa noble.
Tú, ¡oh puchero nuestro! escucha nuestras plegarias.
Cuida de nuestras berzas en su camino hacia tu seno, para que así cultuvadas, casen con los garbanzos del cocido.
Recibe a nuestros guisantes, perlas de nuestra tierra, para que tus calentones en la hornacha, les acerquen al jamón, revuelto en ajos.
Vela por nuestras lechugas pecadoras que en vez de acercarse a tí, prefieren a otras fuentes, son unas frescas.
Convierte en salsa las carnes lujuriosas del tomate.
Torna en pisto nuestra oferta del calabacín y los pimientos.
Acércanos al hervido la ternura de nuestras acelgas, coliflores y espinacas.
Y finalmente anima a nuestras patatas a ser estofadas o convertidas en tortillinas y ruega por nosotros por los siglos de los siglos. Amén

lunes, 20 de mayo de 2013

Como fabricar un invernadero

¿Os acordáis de las casetas en el campo que construíamos, cuando éramos chiguitos?
Eso si que era una facultad de arquitectura, eso si que era investigar. Las casetas quedaban construidas después de varios episodios de prueba-error, pero terminaban sirviendo para sus fines, que consistían en meterse allí sin saber a cuento de qué. Y si tenían goteras, no importaba, total tu madre no te dejaba salir los días de lluvia.
Pues recordando aquellos depurados métodos de construcción, nos hemos montado un invernadero con un par.
Se cortan unos palos de negrillo, de esos que por su juventud aún son flexibles y se plantan en paralelo unos en frente de otros. A continuación, se doman las puntas y se juntan con las de los palos de enfrente y se atan con una resistente cuerda de alpaca. Ya tenemos la estructura del invernadero.
Se cubre con el plástico y se tapan con tierra los sobrantes de los lados.
Luego dejamos al ingenio de los constructores el ponerle la puerta y hasta unas ventanas de ventilación.
Se termina de gastar el rollo de cuerda de alpaca atando el "edificio" por arriba por si las ventoleras y ya está.
Hemos metido dentro los semilleros y unas plantas de tomate y lechuga, con resultados desiguales pero nos ha quedado bacilón.

domingo, 19 de mayo de 2013

Todo ¿pa qué?

La cosa consiste en tener una lechuga que llevarse a la boca, en estos tiempos de crisis. Consiste en tener una afición que compartir entre amigos, o congéneres, o compañeros de tribu y planear, disfrutar y compartir.
Pero sobre todo se trata de aprender, de recuperar una cultura de verdad, esos conocimientos, durante mucho tiempo imprescindibles, para llenar la barriga de la tribu y dormir en paz con las tripas.

 Los miembros de la tribu:


Alicia.
 Todo entusiasmo.
Lo mismo se pone a arar que a embotar pimientos.
Es una máquina.






Luis Ángel.
 Se cree que sabe, pero a penas se acuerda de lo que hacía su padre en la huerta
Veremos lo que da de sí.
 Héctor.
 Este veremos si alguna vez, entre cubata y cubata, es capaz de terminar el hoyo que empezó para plantar un cerezo, dice.


 Tomás.
Dice que él está rebajado de servicio de azada, pero a cambio se compromete a llevar el mantenimiento del instrumental y maquinaria, así como la limpieza de linderas y regueras.
 Yoyi.
 Imprescindible para la vigilancia de los cultivos y que viene a cubrir las necesidades de técnico de regaderas.
 Luci.
 Resultarán muy útiles sus conocimientos en trámites administrativos y sus relaciones con los círculos universitarios.
Queda nombrada responsable de I+D.


                                                       Gema.
 Aunque con poco tiempo, resulta una buena acompañante con la que discutir mientras se cava, para olvidar el dolor de riñones.
Es la encargada de elevar la moral de la tropa, por sus habilidades para el cachondeo.
 Ester.
La veterinaria al servicio de los controles fito-sanitarios y en sus horas libres, plantadora de tomates en invernadero y cuidadora de perros guardianes.





Nito.
depositario de los conocimientos tradicionales en cultivos y relaciones exteriores con otros hortelanos a los que plagiar de forma descarada.


Rufus.
Encargado de estorbar, corretear y trillar la huerta. Buen vigilante y exterminador de topillos y zapateros de la acequia.






 Elisa y María.
Desertoras del arado, que sólo se presentarán a la hora de tapiñarse las fresas y demás frutos del edén.


Henar.
Henar.
Aparecerá de uvas a peras esta seguidora y devota de San Bartolo, pero nos las ingeniaremos para hacerla currar.