martes, 23 de julio de 2013

Resistir

En plenas fiestas del pueblo, me presentaron en persona a uno de mis amigos de las redes sociales. Charlábamos mientras mirábamos las evoluciones de los artistas del templete. ¿Qué fue de "La tu huerta"? te seguía y has dejado de publicar.
No estoy yo muy publicador últimamente, pero además el huerto no anima demasiado, tuvo unos malos principios. Se aró tarde, fastidiaron los fríos de la primavera, se conjuraron los granizos en aquelarre y además ciertas novatadas, han hecho que La mi Huerta no sea un vergel precisamente.
Pero nada, inasequible al desaliento, mientras los demás dormían la resaca del domingo del Carmen, me tiré de la cama y fui a ver los cultivos.
Por el camino me encontré con trasnochadores de las diez de la mañana, restos de la fiesta botellón, basura de plástico y cristales y a un par de muchachas entregadas a las caricias torponas de un par de galanes.
En la huerta había rocío y el aspecto no era muy alentador, pero han crecido los tomates y los pimientos, fanfarronean los calabacines, se estiran las giganteas y un surco de lombardas promete portarse bien.
Lo malo es que la reguera que nos regaba, ahora nos inunda. Como han cerrado las cancillas para que suba el nivel y poder regar, el agua se filtra por el talud que la sujeta y guía y nos inunda a diario las cebollas, que se ahogan, los puerros que no medran, las fresas que ya trasplanté y el invernadero que se embarra
A las patatas se las están comiendo los escarabajos, me voy a dejar de ecologismos y les voy a recetar una mochila de insecticida, que se ponen ciegos sin pagar.
En fin, medio bien, medio mal va la huerta, pero le echaremos afición y resistiremos, que no somos fáciles de vencer.    

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