sábado, 1 de marzo de 2014

Llueve sobre mojado

Ya estamos: por más que a uno le puedan las ganas de despertar a la tierra de la modorra invernal, cuando al tiempo le da por mandar incordios en forma de borrascas sucesivas, no hay manera.
Tenemos el nuevo invernadero a medio terminar. Hemos montado la estructura y nos ha quedado molón, para qué negarlo. El asunto está en colocar el plástico, para empezar a utilizarlo, pero el viento y la lluvia no nos dejan.
Tendríamos que plantar ya unas lechuguillas pero no hay manera, esperemos que la cosa no sea como el año pasado, que no llegue mayo y nos pille sin hacer nada.
También habría que poner unas cebolletas, pero esperaremos a que el tiempo se asiente y la tierra se oree un poco de la cantidad de agua que le ha caido durante todo el invierno.
En cambio, los ajos apuntan maneras, con un porreto verde y fuerte, los guisantes ya nacieron y empiezan a crecer.
Sin embargo las cebollas que nos trajo José Nácar de Salamanca a principios del invierno, han sido diezmadas sin compasión por las heladas y las pocas que sobreviven asoman debiluchas.
En fin ya son ganas de arrancar el Piva, esta vez en propiedad, y empezar la labor.


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